4.1 Economía y
diversidad económica
La economía de la biodiversidad se basa en la consideración de los
beneficios económicos que supone la conservación de la biodiversidad, así como
el coste económico de su pérdida o deterioro. En un mundo tradicionalmente
preocupado por el incremento de los recursos financieros y no por la escasez de
recursos naturales, el impulso de la economía de la biodiversidad constituye un
paso fundamental para conservar el capital natural, como soporte de la vida y
de la economía.
La integración de la conservación de la biodiversidad en las políticas
económicas constituye un elemento esencial para el logro de los objetivos de
desarrollo sostenible a largo plazo: por un lado, el coste de conservación es
mucho menor que el coste de reposición, aun cuando esto sea posible; por otro
lado, debemos considerar que una correcta gestión de la biodiversidad abre toda
una línea de posibilidades de negocio relacionadas con la biodiversidad
perfectamente sostenibles, tanto desde el punto de vista medioambiental como
económico y social.
Sin embargo, esta sostenibilidad ambiental no será posible si no
modificamos las actuales pautas de producción y consumo de bienes que conducen
a una sobreexplotación insostenible de los recursos naturales. Ni siquiera en
aquellos casos en los que la sustitución de bienes y servicios de los
ecosistemas sea posible mediante el desarrollo y despliegue de tecnologías, se
garantiza que la calidad y la durabilidad de los mismos sean similares a la de
los recursos naturales.
La economía es una ciencia social que estudia las relaciones que tienen
que ver con los procesos de producción, intercambio,
distribución y consumo de bienes y servicios, entendidos estos
como medios de satisfacción de necesidades humanas y resultado individual
y colectivo de la sociedad.
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